lunes, 14 de diciembre de 2009

Pez naranja


Conversar con peces no es algo que Pebete hace todos los días. Pero cuando lo hace, achalay! Cuantas cosas nuevas piensa.
Hace días, el pulpo cósmico está rondando alrededor de Pebete, con tus tentáculos, gomosos, que se mueven rápidamente, sin dejar de buscarlo, queriendo atraparlo, pero Pebete se sigue escapando, o por lo menos, se hace a un costado, Pebete es precavido…muy precavido.
Ayer, conversó con el pez naranja. Era un pez grandote, que iba de una punta a la otra de la pecera, siguiendo la sombra de Pebete. Pebete lo miró, se detuvo y supo que ese pez naranja quería decirle algo del pulpo cósmico.
Así fue, conversaron un rato acerca del clima, para entrar en confianza, y después, con mucho disimulo el pez le dijo “Pebete, el pulpo cósmico es bueno, pero no dejes que te atrape, porque si te enredas en los tentáculos, te podés caer. Creo que es mejor que sea tu amigo, pero sin jugar a las carreras ni a las escondidas” Pebete lo miró y respondió “buenísimo, yo sabía que era un buen pulpo, pero de precavido no me hice muy amigo”, un rato más de charla y Pebete siguió su rumbo.
Mientras caminaba, se sintió en el medio del mar, queriendo subir a una de esas grandes ballenas que nos llevan de paseo, de aquí para allá, sin parar. Pebete pensó en su conversación con el pez naranja, se calzo sus nuevas gafas y se subió a la ballena, rumbo a casa, por ahí, quien sabe, se encontró con el Pulpo cósmico.

2 comentarios:

Piccoman dijo...

Me parece muy cierto que la precaución atenta contra la amistad. ¿Achalay? ¡PBT telúrico!

PBT justiciero dijo...

me gusta la palabra telúrico!!!
achalay, voz de alerta/voz de felicidad
es la palabra para las emociones extremas
:)