Los conejos polares son azules. Ellos saltan por los prados. Los prados están repletos de flores brillantes de colores fluo. Durante el día, las flores son blancas, se recargan con el sol y por la noche brillan. Estas flores son como las estrellas para los conejos polares, ellos se guían gracias a las flores de colores fluo. En los prados también hay frutillas finas, una especie de frutillas que solo viven en los prados. Los conejos polares gustan de las frutillas finas.
En los prados, hay un lugar secreto al cual solo llegan los conejos polares (con la ayuda de las flores fluo). En este lugar secreto, hay un castillo inflable custodiado por los señores de la fauna galáctica. Para poder entrar, los conejos polares les entregan un kilo de frutillas finas, las que gustan tanto a los señores de la fauna galáctica como a los conejos polares. Así, los conejos polares saltan hasta cansarse en el castillo inflable y los señores galácticos disfrutan de las frutillas finas hasta el empacho. La felicidad se comparte en los prados.